Sucede cuando las empresas toman como referencia el volumen de
pedidos de sus antecesores o sucesores en la cadena de suministro
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Muchas empresas lo han padecido; un pequeño movimiento en la demanda genera grandes variaciones en los niveles de inventario de su cadena de suministro. Sin embargo, aunque no es nuevo ni exclusivo de los tiempos actuales, el llamado efecto látigo está especialmente pronunciado, con importantes consecuencias en los costos de las empresas, la inflación y la economía en México.

Un error de predicción
El efecto látigo es un desajuste entre la demanda real y la demanda teórica. Sucede cuando las empresas toman como referencia el volumen de pedidos de sus antecesores o sucesores en la cadena de suministro para calcular sus niveles de inventario, y al haber una «coactuación significativa en ellos esta se extiende a lo largo de toda la cadena, amplificándose y provocando un exceso, o escasez, de inventario.

“Si a mí se me escasea un producto, digamos el azúcar, crezco mi stock de seguridad, entonces esa intención para protegerme de la escasez produce que las ondas se amplíen, se crezcan, y este desajuste es el efecto látigo, se abre la variabilidad con respecto a la media de los pedidos que ordinariamente se tienen porque las empresas tratan de protegerse en su operación debido a que en el mercado se ha demostrado en el corto plazo el rompimiento de las cadenas de suministro” explica Alejandro Rodríguez Magaña, economista, doctor en Ciencias Administrativas y secretario académico de la Escuela de Ciencias Económicas y
Empresariales de la Universidad
Panamericana.

En los últimos años, las cadenas de suministro han sufrido importantes disrupciones debido a diversos factores, que van desde la pandemia de Covid-19 hasta la falta de contenedores y espacio de carga, la saturación en los puertos, la escasez de componentes vitales, la guerra de Ucrania y el aumento de los tiempos y costos de transporte.

Como reacción ante esta gran incertidumbre, la gran mayoría de las empresas han reaccionado incrementando su inventario, lo que se refleja en un efecto látigo que afecta a las principales industrias del país.

“Las cadenas de suministro globales han sufrido estos problemas, porque el comercio global implica transporte internacional, implica suministro en otras monedas, en otros países y tiempos de entrega más largos, entonces ahí es donde se ve más pronunciado. (…)

Una cadena de suministro local ha visto menos este impacto porque sus proveedores son locales y sus clientes también. Pero yo diría que todas las industrias globales, que son la mayoría, lo han sufrido en mayor o menor medida”, detalla Roberto Martínez, coordinador de la especialidad en Gestión de la Cadena de Suministro en ITESO.

Altos costos
Un nivel de inventario incorrecto, explican los expertos, puede ser muy costoso para las empresas. “Existe una relación trilateral entre l nivel de servicio, el costo del inventario y mis resultados financieros”, señala Martínez.

Subestimarlo implica pérdida e ganancias ante la incapacidad de atisfacer la demanda, mientras que xagerarlo implica un aumento de gastos para mantenerlo: espacio de almacén, personal y seguros antemayores riesgos de daños o robos. De ahí que sus consecuencias estén íntimamente ligadas con el fenómeno de la inflación.

Y es que el efecto látigo no sólo incrementa los costos operativos de las empresas, también los costos de sus insumos. “La incertidumbre hace que se protejan en sus operaciones, piden más de lo que ordinariamente pedían, ese pedir lás propicia que la oferta sea insuficiente, y cuando la demanda es superior a la oferta los precios se incrementan”, explica Rodríguez Magaña.

El impacto alcanza a los costos de transporte, almacenamiento, producción, y en última instancia, se refleja en los precios al consumidor.
“Lo que estamos viendo incluso en el tema de los índices de precios al consumidor, los índices de precios al productor, la inflación subyacente que es la que es afectada por los productos menos volátiles, es un efecto precisamente de este impacto, del efecto látigo”, afirma.

“Aquí intervienen fabricantes, intervienen distribuidores, puntos de venta, consumidores a finales pero también intervienen los organismos que dan servicio a estas cadenas de suministro, ejemplo, aduanas, transportes, aseguradoras, empresas de protección de valores(…) Todo eso hace que el problema poco a poco se vaya creciendo”.

Una solución compleja
El efecto látigo y sus consecuencias actuales no tienen una solución sencilla, y tampoco ern el corto plazo. “Yo pensaría que todavía el año que entra al menos en el arranque habría una amplitud de estos rangos de volatilidad y que en algún momento se va a empezar a reducir digamos en el segundo trimestre del año que viene y ya en el segundo podríamos hablar de que estaría un poco más estable”, indica Rodríguez Magaña. “Esto está condicionado a que exista solución a ciertas situaciones, ejemplo, el tema de las tasas de interés que no sigan incrementando, el tema del control de precios en el tema de la inflación que es un tema del banco central, y algunas otras variables que desde luego tienen que ver con cuestiones geopolíticas, (como) el tema Rusia-Ucrania, que no vaya a escalar a una complejidad como lo que se ve venir de la OTAN”, agrega.

Sin embargo, hay algunas medidas que las empresas pueden tomar para prevenirlo y mostrarse más resilientes. Roberto Martínez recomienda cuatro pasos esenciales:
1. Profesionalizar los métodos de
pronóstico. Utilizar métodos más
avanzados que ayuden a suavizar las
señales de la demanda y faciliten la
identificación de tendencias reales.
2. Invertir en tecnología para
mejorar la visibilidad y transparencia
en la cadena de suministro. Existe
software que puede ayudar a monitorear en tiempo real lo que sucede
múltiples eslabones hacia adelante y
hacia atrás.
3. Apostar por el manejo de
riesgos. Prever las posibles disrupciones en la cadena de suministro y
anticiparse con soluciones.
4. Capacitar al personal en el
manejo logístico e impulsar la
formación de nuevos profesionales
en el campo.
“La educación y la capacitación en estos temas es vital para mejorar el nivel de profesionalismo con el que se operan las empresas. (…) La mayor parte de la industria ya es tan competitiva que no pueden simplemente tomar decisiones basadas en la intuición, tenemos que tomar decisiones basadas en datos, en el análisis de la información y para eso necesitamos capacitarnos” afirma. La educación y la capacitación en estos temas es vital para mejorar el nivel de profesionalismo con el que se operan las empresas.