Ante un panorama incierto desde el punto de vista económico no solo en México sino a nivel internacional por varios factores donde principalmente la guerra entre Rusia y Ucrania, la recuperación lenta en algunos sectores que provocó la pandemia y los aspectos políticos que nos envuelven, vienen en nuestro país una serie de aspectos que debemos considerar en la forma de fiscalización por las tendencias mostradas en los últimos años y que debemos considerar.

Y es que, a lo largo de varios años, las autoridades fiscales en México han venido buscando como eficientar la recaudación, buscando recaudar más con menos recursos. En la actualidad se sigue y se seguirá marcando una estrategia llamada ABC bastante alineada para abarcar sobre todo los siguientes aspectos que son aumentar la recaudación, bajar la elusión y evasión fiscal y combatir a la corrupción.

Por eficiencia recaudatoria se lograron obtener ingresos adicionales por 140 mmdp de los cuales el 67% se generó por actos de fiscalización que son todas aquellas invitaciones que han recibido los contribuyentes para actualizar su situación fiscal, se recuperaron 125 pesos por cada peso invertido en fiscalización y es que hoy en día se revisan a 186 grandes contribuyentes por únicamente 6 servidores públicos, lo que nos habla de cómo la autoridad fiscal ha sido más eficiente desde sus políticas de manera general.

Del total de contribuyentes activos con obligaciones fiscales, el 96% corresponde a personas físicas (78% a sueldos y salarios y 18% el resto) y el 4% a personas morales. Sin embargo, de ese 4% de personas morales únicamente el 0.02% corresponde al padrón de grandes contribuyentes de los cuales se obtiene el 50% de la recaudación total del país, el resto de las personas morales contribuyen con el 24% de la recaudación nacional, mientras que el 26% restante lo contribuyen las personas físicas ya sea por las retenciones de sueldos o las distintas actividades empresariales.

La fiscalización por las cifras que podemos analizar viene en un sentido de digitalizar todas las operaciones con la finalidad de que la autoridad fiscal pueda en un solo paso conocer cuánto debe un contribuyente, las herramientas que han venido utilizando en sentido de correos electrónicos, mensajes SMS, que emanan del mismo buzón tributario son el reflejo de la tendencia que muestra la autoridad para provocar que los contribuyentes estén al corriente en su cumplimiento fiscal.

Para este 2022 se observó un incremento bastante pronunciado en cuanto al tema de multas que, si bien es cierto, la autoridad tuvo todo el tiempo motivo para emitirlas, fue hasta este periodo cuando se desató un gran número de contribuyentes multados, lo que ha provocado medidas de prevención, dado que las acciones de fiscalización han logrado modificar la cultura de pago en los contribuyentes, quienes han optado por cumplir de manera voluntaria, en tiempo y forma sus obligaciones.

La observancia de la autoridad fiscal está enfocada principalmente en cuatro ejes:

• Discrepancia en ingresos: Conciliación de ingresos declarados vs factura. Congruencia con Contabilidad Electrónica.

• CFDI de Nomina: Diferencias ISR y conciliación con deducciones autorizadas en la DA.

• Devoluciones de IVA: IVA acreditable amparado en complementos de pago o factura PUE.

• Listas negras: Vigilancia de operaciones históricas con proveedores de riesgo.

En medida que analizamos los factores de riesgo y conociendo la tendencia de fiscalización por parte de las autoridades fiscales, es conveniente que los contribuyentes actúen siempre de manera preventiva con el óptimo cumplimiento en tiempo y forma de sus obligaciones fiscales y no en sentido correctivo que los hará pagar incluso mayores cantidades de impuestos por multas, recargos y actualizaciones además de los incomodos procesos administrativos que esto conlleva. Adaptarse o morir nos indica la tendencia que debemos seguir para este 2023.